Fuente: mcgufilms por Tamara Vázquez
George Harrison se compadecía de la soledad de Elvis Presley. Y este sentimiento que descubrimos en Eight days a week,
el documental rodado por Ron Howard y que este jueves llega a los
cines
de todo el mundo, resulta una confesión más que reveladora. Cuando
uno piensa en The Beatles, suele recordar las canciones, el mito, a
John Lennon, a Paul McCartney, a veces a Harrison, otras a Ringo Starr.
Pero nadie se pregunta cómo estos cuatro jóvenes gestionaron un éxito
tan enorme o si llegaron a sentirse superados por todo lo que vivieron
entre 1962 y 1966. A saber, giras agotadoras que se prolongaron durante
166 conciertos en 90 ciudades de 15 países, actuaciones en televisión,
grabaciones, legiones de admiradoras enloqueciendo de amor en cada acto
público, demencia global, Beatlemanía... Harrison decía
que The Beatles era "un monstruo de cuatro cabezas" y que justo esa
cohesión era lo que permitía que los cuatro músicos aguantaran el ritmo
durante años de auténtico infarto.
Eight days a week: The touring years, dirigido por el oscarizado cineasta de Willow y Apolo 13,
ahonda en este período en el que el grupo británico pasó de actuar en
pequeños locales de Liverpool, como el Cavern Club, a llenar gigantescos
estadios al aire libre, como el Shea Stadium de Nueva York.
El 15 de agosto de 1965, este estadio acogió un concierto masivo que
congregó a más de 55.000 personas. Como dato curioso, cabe decir que
Whoppi Goldberg, que entonces contaba diez años, comparte en este
documental la tierna historia de cómo su madre la sorprendió con un par
de entradas para ver a sus ídolos blancos en un concierto que,
además, ha pasado a la Historia por ser el primero celebrado en un
estadio.
Pero el éxito de The Beatles fue también producto de una época. Hijos del baby boom acaecido tras la Segunda Guerra Mundial, fueron muchos los jóvenes que encontraron en los ingeniosos y cercanos Fab Four un
referente en el que verse representados frente a los ídolos de sus
padres. Como telón de fondo aparecía un mundo convulsionado por la
guerra de Vietnam, la carrera espacial, el asesinato de John Kennedy y
la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos. Una
tensión política que hace sospechar que lo que los comentaristas
tildaban de "burbuja cultural", fue quizá también una fórmula para
distraer deliberadamente a la sociedad, si bien el documental se detiene
en aquellos aspectos en los que la banda ayudó a derribar barreras o
fue blanco de la ira de los fanatismos.
La cinta, que ha sido rodada con la colaboración de Paul McCartney, Ringo Starr, Yoko Ono Lennon y Olivia Harrison, se estrena el 15 de septiembre y solo estará en cartelera 8 días, hasta el 22 de septiembre.
Además, Apple Corps, la compañía que ha gestionado los derechos de The Beatles desde 1968, ofrecerá en exclusiva sólo en cines (es decir, no estará disponible en la edición en DVD, en Blu-ray ni en cualquiera de las opciones para ver vídeo bajo demanda) treinta minutos del concierto celebrado en el Shea Stadium,
con imágenes restauradas en 4k y sonido remasterizado en los Abbey Road
Studios. La grabación, que se rodó con catorce cámaras de 35mm,incluye
los temas Twist and Shout, She's a Woman, I Feel Fine, Dizzy Miss
Lizzy, Ticket to Ride, Everybody's Tryin' to be my Baby, Baby's in
Black, Act Naturally, A Hard Day's Night, Help! y I'm Down. Una
oportunidad única para ver un concierto de The Beatles en pantalla
grande que, si me permiten las recomendación, no deberían desaprovechar.
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