Fuente: lavoz.com.ar por Germán Arrascaeta
El guitarrista norteamericano Brian Ray es uno de los músicos de la banda de acompañamiento de Paul McCartney.
En otras palabras, es un testigo en posición inmejorable para
contrastar cómo el
Beatle exuda vitalidad por el mundo, alternando
viejos clásicos con temas del tramo final de su discografía.Ray podría
haber estado entre nosotros si tanto Paul como sus productores hubieran
elegido el Mario Kempes para su reciente gira sudamericana.
Lo
cierto es que se decidieron por Goiania (Brasil) y desde allí,
precisamente, se expresa este violero rubio, cuya cara habla de la
improbable cruza entre Steven Tyler y Guido Süller.Sería irresponsable
hacer descansar los antecedentes de Ray en esta humarada, por cierto, ya
que sus contribuciones como músico de sesión son numerosísimas. Etta
James, Smokey Robinson, Santana, Keith Richards, Joe Cocker y Paul desde
hace 11 años son algunos de los nombres propios que se ampararon en el
toque de Ray. Ray o el violero que también rinde como bajista y que ha
hecho buenas migas con el músico argentino Fernando Blanco, a quien
visitará en breve para mostrarse, obviamente, en una escala inferior a
la del "estadio".
¿Es necesario para equilibrar el subidón de
adrenalina de un Serra Dorada de Goiania tocar en un lugar pequeño? "Es
muy divertido tocar en un club para pocos luego de hacerlo para 55.000
personas en un estadio. Hay que bajar un poco en un club, claro, porque
allí se puede ser más sutil y el intercambio entre músicos permite
cierta intimidad, cercanía. Pero ambas situaciones son por demás
disfrutables", dice Ray, cuyo aporte al vivo de Paul puede mensurarse en
los DVD's Paul McCartney in Red Square, The space within US y Good evening New York City.
-¿Recordás el momento exacto en que conociste a Paul? ¿Cómo fue?
-Por
supuesto. Hay cosas que no se pueden olvidar. Fue en el Hotel Windsor
en Nueva Orleans, en un comedor privado con pinturas antiguas y largas
cortinas de terciopelo rojo. Me sentía nervioso, y me di vuelta para
otro lado cuando sentí el cambio de energía en la habitación al entrar.
Me di la vuelta, insisto, y mientras lo hacía, Paul extendió su mano y
dijo "hola, vos debés ser Brian". Él fue muy cálido y me dio la
bienvenida con un brindis. Luego cenamos junto a otras 15 personas y se
dio una buena conversación. Y la digestión la hice tocando el bajo en un
tema suyo. Eso pasó hace 11 años.
-Has desarrollado una
impecable trayectoria como músico de sesión? ¿Has dejado algún personal
para desarrollar más allá de la edición de tu disco "Magnetto mondo"?
-Sí,
la grabación de mi primer disco solista fue un gran paso para mí.
Siempre me ha gustado escribir y producir música, pero esto fue muy
divertido. Al ser un lanzamiento independiente, podía hacer lo que
quería. ¡Así que lo hice! Saldé cuentas con Magnetto mondo y estoy en paz, a la espera de una nueva posibilidad.
-¿Cómo se aborda la obra de Paul? ¿Él controla todo o deja espacio a los músicos para improvisar?
-Paul
deja espacio para que agreguemos nuestras propias personalidades
durante los shows en vivo. Él sabe lo que está buscando y, por otra
parte, es bastante obvio cuando hay "ganchos" musicales de sus discos,
increíbles para ser honrados y tocados en vivo. Él te pide lo que quiere
si no lo escucha, pero siempre en un tono agradable. Paul tiene un gran
dicho "juguemos con la música porque con la música no se trabaja".
-¿Cómo describirías tu trabajo a Etta James y Smokey Robinson? ¿Conseguiste autonomía en estos casos?
-Sí, grabé en tres álbumes de estudio con Etta James, incluyendo un álbum en vivo, Live from San Francisco, en la que soy un productor. Estoy muy contento de tener ese período de nuestra colaboración en mi expediente. One heartbeat,
de Smokey Robinson, fue un gran golpe para mí. Yo había crecido
escuchando y amando sus canciones y voz, así que fue un gran honor
trabajar juntos una canción elegida por él. Escribimos lo que quisimos,
pero intentamos hacerlo de acuerdo a la sensibilidad de Smokey. Al
parecer, funcionó: One heartbeat fue exitosa en todos los formatos; ahora, se acerca a 3.000.000 de reproducciones.
-¿Por qué no pasó por Argentina esta última gira sudamericana Paul?
-Lo siento, no sé la respuesta a eso. ¡No es mi departamento!
-¿Pertenecés a una tradición guitarrística en particular?
-La
tradición de guitarristas rebeldes y autodidactas, supongo. Formé mi
propio estilo escuchando a los grandes como Albert King, Peter Green,
Jeff Beck, Duane Eddy, Jimi Hendrix, Ry Cooder y Clapton.
-¿Cuántas guitarras necesitás para afrontar un show de Paul?
-Yo tengo cerca de siete u-ocho guitarras y bajos en cada cita. Pero viajo con 11, por si acaso.
-¿Cómo describirías a Paul cuando toca la guitarra?
-Paul
es muy expresivo para tocar, y siempre sorprende con fraseos
impredecibles y con la elección de las notas. Basta con escuchar su solo
en Taxman. Está tan plasmado ahí... (enuncia la expresión "It's so out
there"). Hey, este es un buen nombre para un tour.
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