Fuente: latercera.com por Claudio Vergara
Cualquiera mínimamente informado puede advertir que las imágenes que abren el libro The Beatles: giras internacionales, del antropólogo chileno Alejandro
Flores, no guardan una relación inmediata con la historia oficial: en ellas se ve al cuarteto en aeropuertos, hoteles y escenarios de distintos latitudes, pero sin el baterista Ringo Starr en sus filas, sino que con otro anónimo percusionista de facciones ásperas y chasquilla recortada a última hora, que posa, toca y saluda como si la historia también le perteneciera.
Se trata de Jimmy Nicol, el músico que debió reemplazar a Starr cuando -casi como un involuntario autogol en plena Beatlemania- se enfermó de amigdalitis antes de empezar la primera gran gira internacional de la banda, en junio de 1964. El sustituto tocó en ocho presentaciones y fue un Beatle por 13 días, aunque nunca pudo capitalizar su efímera celebridad, rematando en la bancarrota y hasta ofreciendo entrevistas donde trataba a los hombres de Love me do de poco profesionales y obsesionados con los excesos.
Un relato que rastrea el costado menos tradicional de los Fab Four y que es parte de unos de los textos más detallados en torno a los tours que montaron fuera de Inglaterra. Un libro que está a la venta desde mediados de mes, abundante en fotos e imágenes de tickets y afiches, y donde asoma la faz más natural de John, Paul, George y Ringo, asfixiados ante el gran fenómeno de masas del siglo XX.
De hecho, las 248 páginas de la publicación también son generosas en mostrar listados de canciones de sus periplos y algunas transcripciones de las hilarantes entrevistas que ofrecían en cada una de sus paradas, como cuando en Oceanía a Lennon le preguntaron “¿Qué espera encontrar aquí en Australia?”. Su respuesta: “Uhh, australianos”.
“En las giras, ellos tenían un carisma natural, reforzado con la intención de dejar una buena imagen, pero no perfecta: aparecían fumando, a veces respondían de manera no tan agradable en las conferencias, etc.”, cuenta Flores, quien ya posee en sus registros otros textos del mismo tema: Mil fechas en la historia de los Beatles y Los Beatles: idolatría sin límites, ambos de buena difusión local durante los 90.
Para su proyecto actual -de tapa dura y lanzado por Origo Ediciones- recolectó información en revistas extranjeras, despachos de agencias cablegráficas publicados por la prensa nacional y hasta planos de las ciudades que visitaron, aparte de contactar a personas que hablaron con el conjunto durante sus giras.
Un recorrido que comienza en junio de 1964, que luego recorre sitios tan distintos como Madrid, Tokio o Manila, y que culmina en San Francisco en 1966.
“Me llama la atención cómo la gente sigue sacándole partido a breves pasadas del grupo por hoteles o restaurantes, poniendo placas de ‘aquí estuvieron los Beatles’. O hasta levantando un monumento, como ocurrió en Walnut Ridge, en cuyo aeropuerto simplemente hicieron un cambio de avión. También fue interesante comprobar que en Pakistán, India o Tailandia hubo jóvenes atentos a la pasada de los Beatles por sus aeropuertos rumbo a Hong Kong y Oceanía, en tiempos sin aldea global”, relata Flores, aunque, a la hora de las anécdotas, se queda con esta: cuando en 1965 tocaron en Toronto, su alcalde irrumpió borracho en el avión para exigir que le firmaran una placa que colgaría en su oficina.
Los músicos no querían y una de sus asistentes desplegó una de las especialidades de esas giras: falsificar sus autógrafos para dejar tranquilas a las autoridades testarudas. Según el libro, es probable que el alcalde aún conserve esa placa con orgullo.
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