Fuente: diariosur.es por Ángel Escalera
Heredero de los personajes de la bohemia valleinclanesca, Montero
Glez es un novelista forjado a sangre y fuego por su pasión por la buena
literatura. Ajeno a las castas literarias, busca sobresalir como
escritor de calidad y prefiere ser
un descamisado que un propietario.
Camarón de la Isla es su ídolo en el flamenco.?
-Su primera novela se tituló 'Sed de champán'. ¿De qué tiene que tener sed un escritor de raza?
-Tiene que tener sed de literatura, sed de lectura. Y saciar esa sed
con buena literatura. El gusto por la lectura es una adicción
-Con su fama de bohemio y de contestatario, ¿se considera un Robin Hood de las letras?
-No. Robin Hood era un hombre acción; yo soy un hombre de letras.
Intento ser útil a la causa de la justicia social desde mi posición de
poner las palabras negro sobre blanco. La justicia social está al
alcance y se puede conseguir. Hay recursos suficientes para que todo el
mundo tenga un techo y un pan que llevarse a la boca.
-¿Hay mucho estómago agradecido que vive de la escritura sin tener méritos para ello?
-Claro que sí. Es lo que se denomina casta literaria. Los que no
somos casta despreciamos a los de la casta por lo que escriben. Manejan
el lenguaje del poder y no el lenguaje literario.
-¿Ha pasado hambre tratando de vivir solo de lo que escribe?
-He pasado fatigas. Como cualquier artista que no pertenezca a una
casta, claro. No soy un caso único. ¡Ojalá lo fuera! Los escritores de
raza llevamos la oficina y el trabajo con nosotros.
-¿Qué es lo que nunca debe permitir un escritor?
-Cruzar la línea de sombra que hay entre el lenguaje literario y el lenguaje del poder.
-¿Cree que hay mucho cuento en la literatura española? Me refiero, como en el parchís, a escribir una página y contar veinte?
Lo que creo es que la gente confunde escribir con hacer redacciones
de octavo de EGB o de primero de BUP. Es todo muy colegial. Me duele que
en la izquierda, que es la mía, el utilitarismo haya hecho mucho daño a
la prosa y a la sintaxis.
-En la foto de su perfil de Twitter va sin camisa. ¿Se considera un descamisado?
-Un descamisado, un sans-culotte, un hombre; nunca un propietario.
-¿Cree que los políticos son los herederos de los protagonistas de la novela picaresca?
-Generalizar es injusto. De todas formas, esa gente es poco
literaria. Hablan el lenguaje del poder. ¡Qué más quisieran ellos que
tener el lenguaje del Lazarillo de Tormes o del Buscón de Quevedo!
-Haciendo un juego con el título de otra de sus novelas, ¿caviar o manteca colorá?
-Manteca colorá, que es lo que se unta en el sur. Donde yo vivo somos
de poco caviar. Además, 'Manteca colorá' es el título de una novela muy
gamberra que escribí.
-El protagonista de su libro 'Pistola y cuchillo' es Camarón. ¿Cree que Camarón fue el John Lennon del flamenco?
-¡Qué más hubiera querido John Lennon! (risas). Camarón era mejor músico que Lennon y que The Beatles.
-Usted va por libre, pero ?¿se presenta a los premios literarios?
-La respuesta es sí. Me presento porque me dedico a escribir. Y
presento la novela mejor que tengo en ese momento. Me he presentado a
todos los premios y solo he ganado dos (el Azorín de novela y el Llanes
de viajes). Lo que puedo decir bien alto es que nadie me ha llamado para
ofrecerme un premio.
-Hay escritores que consideran la literatura de evasión un género menor. ¿Está de acuerdo?
-Para nada. Para mí, la literatura es evasión. Soy un gran defensor
de la literatura popular, de las novelas de bolsillo y del tebeo, que es
el cine de los pobres. A mí, por ejemplo, el 'Ulises' de Joyce me
aburre. Me quedo con 'Luces de bohemia', de Valle-Inclán, que es de esa
misma época y es una obra de vanguardia de la que he aprendido mucho.
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