Fuente: elfarodigital.es Antonio Fuentes León
La larga cola que se ha formado para acceder al avión que me lleva de
Barcelona a Liverpool está formada por
turistas de regreso a casa y por
beatlemaniacos.
Diversos grupos venidos de toda Cataluña, parejas y yo, formamos un
pasaje en el que la alegría e ilusión por acudir a esta cita anual,
-lleva más de treinta años celebrándose- es la nota predominante. El
intercambio de opiniones me hace ver que la mayoría acude en viajes
organizados. Yo he optado por lo contrario. Voy sin ningún compromiso
adquirido y a la aventura. Allí he quedado con otras personas de
distintos puntos de España sin planes. Solo disfrutar al máximo
aprovechando el tiempo.
La llegada al aeropuerto de Liverpool es la
antesala de lo que me espera. El nombre del mismo, John Lennon Airport
es la puerta que me introduce en el maravilloso mundo Beatles. Cuando
camino por él veo salas decoradas con enormes fotos de solistas, grupos y
artistas del espectáculo siempre presididas por los cuatro de
Liverpool.
El bus que me lleva hasta el centro de la ciudad realiza el
trayecto –hay dos, el 500 y el 86 A- casi siempre bordeando el mar. En
diversas partes del puerto distingo grandes contenedores con destino a
Hamburgo. El gran trafico existente entre las dos ciudades portuarias,
Liverpool y Hamburgo, me da una idea de los motivos de la estancia del
grupo en la ciudad alemana.
Como buen observador, me doy cuenta de
los tres pilares que sostienen a la ciudad: su precioso e impresionante
puerto, declarado Patrimonio de la Humanidad, sus equipos de fútbol y el
fenómeno Beatles. La ciudad ha sabido y sabe rentabilizar el enorme
negocio que supone para sus arcas la explotación de la Betlemania.
La Internacional Beatles Week se celebra cada año en agosto. Este año
ha sido especial por coincidir con distintas efemérides: la primera
aparición oficial de Ringo como batería del grupo; la primera vez que
tocaron en Cavern; la primera vez que la televisión grabó al grupo y
especialmente el 50º aniversario de la aparición del histórico LOVE ME
DO. Desde julio se vienen celebrando distintos eventos que acabarán a
final del año.
En la I. B.W. entran todo tipo de actos relacionados
con Beatles. Como es imposible acudir a todos, he priorizado aquellos
que más me interesan.
En el hotel Adelphi asisto a la International
Beatles Conventión. Es inimaginable hasta donde llega la escrupulosa
adoración de algunos. Hasta los mínimos detalles son discutidos y
analizados. Me alojo en un hotel próximo a otro de nombre The Marriott
Hotel. Este hotel ha cedido varias habitaciones para acoger la:
Liverpool Beatles Record &CD Fair. Una feria de objetos del grupo en
la se puede encontrar y comprar de todo: discos, libros, posters,
fotos, Dvds, etc., a precios moderados.
El Beatles Memorabilia
Auctión es el plato fuerte de este tipo de actos. Es una subasta que se
celebra en The Liverpool Institute for Performing Arts. Con un catalogo
en el que los asistentes podemos ver los objetos que se ofrecen y sus
precios. Quedo sorprendido por el negocio que genera el grupo. Precios
que van desde 50 libras hasta algunas piezas valoradas en miles. Un
ticket para ver a Beatles en agosto de 1963, está valorado en 7000
libras.
En todos estos eventos hay actuaciones musicales. Desde
por la mañana hasta la noche la música en directo está presente. Nunca
se deja de lado.
En el puerto está ubicado The Beatles Story. El
museo no aporta nada nuevo.. Está diseñado para familias con críos, muy
virtual y bastante caro en contraste con otros actos, la mayoría
totalmente gratis. Muy cerca del museo, en el atractivo Albert Dock,
está el submarino amarillo. Un barco apartamento a imagen del Beatles.
Allí mismo tiene su parada el Magical Mystery Tour. Un autobús que
efectúa un recorrido de tres horas por rincones con historia como Penny
Lane o Strawberry Field.
La parte más atractiva e importante de la
I.B.W. es la música concentrada especialmente en Mathew Street, la calle
Beatles. Desde temprana mañana, la calle está abarrotada. Personas de
todas las edades fotografiando, comprando y presenciando a músicos
callejeros que hacen su particular agosto. En la pequeña calle hay de
todo. Tiendas de recuerdos; de coleccionistas –la más importante es
Beatles Shop-, anticuarios, y locales con historia: clubs y pubs donde
Beatles nacieron y crecieron como grupo. Lennon´s bar, Rubber Soul,
Abbey Road Pub… todos con algo relacionado con los chicos de Liverpool.
Aunque no está en esta calle, es imprescindible ir al Casbah Club. Es el
primer local donde unos adolescentes, John, Paul, George, P. Best y Ken
Brown realizaron sus primeros conciertos con el nombre de The
Quarrimen. Pero indudablemente el centro de todo es Cavern Club y el
pub del mismo nombre situado enfrente, al lado de una estatua de John
Lennon y de una pared con miles de nombres inscritos en ella. Son los
nombres de los músicos que han pasado por sus escenarios a lo largo de
su historia. Lo mejor del mundo del rock.
Aconsejado por conocidos
con experiencia de otros años, me dirijo a Cavern de buena mañana. Los
conciertos comienzan a las 12pm hasta altas horas de la noche
ininterrumpidamente. La entrada es gratis hasta las 18 horas, después
¡solo 6
euros!
La organización es perfecta; como es imposible poder ver a los más
de 100 grupos acreditados, ha ideado un sistema para facilitar la
asistencia. Los grupos actúan en todos los escenarios en diferentes
horas todos los días. De esta manera con el programa en mano puede uno
asistir a todo aquello que le interesa.
Tanto el Club Cavern como el
pub del mismo guardan autenticas joyas del rock. Sus paredes están
decoradas con: carteles de conciertos, fotos, instrumentos, periódicos,
entradas, etc. Ambas tienen vitrinas dedicadas a grandes del género.
Las hay de Beatles, especialmente de Lennon, el cual gana por goleada a
los otros, de Rolling, Who, Queen, B.B. King, Michael Jackson y otros
que por allí pasaron. Un santuario del
rock.
La actual Cavern es la heredera de la primitiva. Situada al lado,
fue cerrada en la década de los 70 y abierta de nuevo en los 80.
Después de pasar junto a dos fornidos porteros que flanquean la puerta y
tras bajar varios tramos de escalera de caracol decorada con carteles y
fotos, entro en la sala principal de Cavern. Es como un túnel con dos
pequeñas salas con mesas a ambos lados y el escenario al fondo. De
reducidas dimensiones, lo que facilita mucho la comunicación entre
público y músicos. Hace honor a su nombre, es como una caverna pero
habitada. Nada que ver con los conciertos en grandes espacios. Una
pequeña barra y dos vitrinas con todo tipo de artículos: ropa, discos,
libros, figuras, etc., que están a la venta abren paso a otra sala más
pequeña con otro escenario. En Cavern actúan dos grupos a la vez sin
mezclarse sus sonidos. Llevo una lista preparada con los horarios y
grupos que más me interesan y hoy, mi primer día, voy para presenciar a
un grupo brasileño con buenas referencias: Hocus Focus, Sus miembros
son especialistas en Sgt. Pepper´s y Magical Mystery Tour. El concierto
es esplendido y no me defrauda en absoluto. Durante toda mi estancia
acudo a presenciar a grupos con novedades.
Mi interés está en ver a aquellos músicos que aporten algo nuevo
a Beatles, razón por la que descarto a grupos japoneses. Son una copia
exacta en todo, música y vestimenta, no me interesan. Después de lo
visto y disfrutado, hago dos apartados: los músicos que se limitan a
tocar a Beatles y los músicos que utilizan su música para crear algo
diferente; estos son los que más me han gustado: Chocking Smokers. Un
trío francés con fuertes influencias de Cream. Los temas de Beatles
adquieren otra dimensión. Two of Us. Un dúo que se acompaña con una
guitarra, saxo y armónica. Un acústico encantador. Un grupo femenino
llamado The Beatelles capaz de mezclar a Beatles con el sonido de la
Tamla Motown con resultados muy buenos.
Sorprende ver a Meat The
Beatles. Sexteto turco con un excepcional guitarrista que enseguida te
atrapa. El grupo tailandés The Beatlenut versionan a los Fab Four en su
idioma, algo exótico. De Guatemala, The Bittes con un cantante de gran
parecido físico y vocal a Jim Morrison, el órgano domina el ambiente, su
sonido es espectacular. Ver en directo a Johnny and the Boondogs es
disfrutar de los primeros Beatles. El directo de esta banda es
sensacional e imposible no contagiarse de su ritmo y no bailar. El
domingo en hora de máxima afluencia, actuó J. Gurruchaga con la
Mondragón. Javier demostró que sigue siendo un gran showman y ferviente
admirador de Beatles. Su capacidad para conectar es
tremenda.
Muchos fueron los conciertos que presencié en mis seis días y
muchas las bandas vistas pues coincidiendo con el evento anual de
Beatles, Liverpool celebra el Mathew Street Festival. Un certamen de
música al aire libre que convierte a la ciudad en un espectáculo
maravilloso. Varios escenarios se instalan en distintos puntos del
centro urbano -el trafico es suspendido- y durante tres días, con
especial atención al domingo convierten a Liverpool en el festival
gratuito más grande de Europa. Si además coincide que ese día, el
domingo, juega en la ciudad uno de los equipos importante de ella,
Liverpool se convierte desde temprana hora en un maravilloso centro
multicolor y en una explosión de
alegría.
En este festival aprendí dos cosas: la devoción de los británicos
por ABBA. En todos los escenarios había imitadores que con gran
facilidad hacían cantar a miles de personas y la importancia de la
cerveza. Desde temprana hora es impresionante su consumo con los
resultados que puede uno
imaginar.
Dos hechos importantes que se captan en el ambiente diario de
Liverpool han llamado mi atención: La ropa y la música en pubs.
La influencia de The Beatles en la ciudad es latente en todo
momento. La ropa es un buen ejemplo. La Mary Quant de los sesenta
está muy presente en el vestuario femenino. La minifalda y los colores,
especialmente el blanco y negro, son omnipresentes. En el lado masculino
el traje Beatles. Aquél con el que el grupo apareció en sus primeros
singles. Trajes muy ajustados con el cuello de la chaqueta de un color
más
oscuro.
Una de las razones de tanto talento británico en el panorama
mundial del rock tiene fácil explicación. La inmensa mayoría de pubs
ofrecen música en directo. Los jóvenes encuentran en ellos una vía para
expresarse y demostrar su talento con resultados sorprendentes.
La
International Beatle Week es el mayor acontecimiento mundial anual en
recuerdo del grupo de Liverpool. Un evento totalmente recomendable no
solo para beatlemaniacos. Son días para disfrutar de la música en
directo sin los problemas de las grandes concentraciones; música directa
y cercana. Al hacer un ligero balance de mi estancia en Liverpool
experimento la sensación de haber podido asistir a algo único. Mi
experiencia es que todo amante del rock que pueda, realice este
alucinante viaje. Yo pienso repetir.
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