domingo, 30 de septiembre de 2012

¿Lennon o McCartney? ¿Con cuál te quedas?

Fuente: e-consulta.com Rolando Lino Mina

Siempre fueron sujetos complementarios. Ellos mismos lo admitieron una y otra vez. La música es sólo un reflejo de esa compleja unidad humana que
alguna vez conformaron; y que hoy es parte de la historia y cultura del siglo XX. 

A todos nos gusta verlos haciendo dupla. Pero tan importante fue para su trascendencia que hayan formado equipo, como que hayan sido contrincantes. De cuántos sueños podríamos hacer responsables a McCartney y a Lennon. Quizá algún día lleguen a sumar miles de millones. ¿Pero con cuál de estos dos Beatles te quedas, si sólo pudieras quedarte con uno? La respuesta no es fácil. Verás.

John dijo siempre que había elegido a Paul como su socio. “Los demás llegaron después”, recalcaba. La sociedad se conformó desde entonces, en diversos niveles.

Lograron sus primeras hazañas  importantes tras el retorno a su natal Liverpool (Inglaterra), pero aprendieron el modo de vida como artistas, en su paso por Hamburgo (Alemania). En esos días, eran todavía menores de edad.

Sus primeras composiciones fueron básicamente un mero collage de influencias. Pero con el tiempo maduraron hasta crear estupendo material. Llegó después el momento en cada uno componía por su cuenta, pero se mantenían totalmente abiertos a las aportaciones que el otro pudiera hacer.

Fue de esa época que comenzaron a brotar las obras mayores. Help –el álbum- es una buena muestra de que la madurez los había favorecido. Cada uno se enriquecía con las creaciones del otro. Y cuando sumaban talentos –“We Can Work It Out”, por ejemplo- eran capaces de lograr imágenes increíbles.

Para la época del álbum Rubber Soul, ese estilo de trabajo ya está completamente perfeccionado. Revolver, sin embargo, los sitúa por encima de todo cálculo. Los temas de uno y otro son de una coloración increíble. McCartney contribuye con bastante más que sus estupendas líneas de bajo en las composiciones de Lennon. Y John añade algo más que sus intensas segundas voces a las creaciones de Paul.

Y todo había marchado sobre ruedas durante cinco años, en buena medida gracias a la mediación de Brian Epstein. Además de dirigir financieramente a los Beatles, el Sr. Epstein generaba las condiciones para que los dos talentos fluyeran en la misma dirección.

Pero Brian murió repentinamente de una sobredosis; justo en la misma época en que Lennon decidió dedicarle cada vez más tiempo a Yoko Ono, que a su trabajo en el estudio de grabación. Dos cuestiones que serían cruciales para llegar a la ruptura. ¿Y quién lo dijera? Una década después de haber escrito su primer éxito; ambos llegaron a usar sus magníficos talentos  para injuriarse a través de canciones.

Lennon –al lado de Yoko- optó por hacer mucha vida pública y mediática. Sus campañas por la paz lo convirtieron en un ícono de su era. Musicalmente, siguió escribiendo temas estupendos. Sin embargo, no todos sus álbumes muestran el mismo nivel de involucramiento de John. Lo asesinaron –como es sabido- en diciembre de 1980.

McCartney está registrado en el libro Guinness de los récords, como el músico comercialmente más exitoso de todos los tiempos. Por si fuera poco, muchos de sus álbumes (“Band on the Run” o “London Town”) son logros de altísimo nivel. Actualmente, se mantiene completamente activo.

Hace casi medio siglo, cuando la dupla alcanzó sus primeros éxitos, se decía que Lennon era el de las letras y Paul se encargaba de la música. Una forma simplista de explicar su complejo proceso creativo. En los hechos, trabajaron de diversas maneras. Para la época del álbum Sgt. Pepper's, cada uno escribía por su cuenta, pero casi siempre el otro aportaba detalles finales, que resultaban siempre cruciales para construir obras maestras. Pero aún había canciones que eran producto de la contribución de los dos, como “A Day in the Life”.

Tras la muerte de Epstein, comenzaron a distanciarse. En parte porque Paul tuvo que asumir el control del grupo, precisamente en la época en que John se convirtió en Beatle de medio tiempo por su afán por seguir a Yoko en diversos proyectos. El “White Álbum”, contiene las últimas composiciones que surgieron del contacto directo. Ya la grabación del propio “White Álbum” es accidentada.

La genialidad de “Let it Be” no logra ocultar que los Beatles están llegando al final. Abbey Road es una despedida que surge de la buena voluntad de ambos. Será la última vez que escucharemos contribuciones entre Lennon y McCartney. Por eso, es un trabajo que quedará para la historia.

Paul realizó estupendos álbumes en los setenta. Lennon sólo se mantuvo activo la mitad de esa década, pero le alcanzó para publicar temas que confirmaron su genialidad. “Double Fantasy”, el último lanzamiento de John antes de morir, es apenas un regreso que no alcanza para saber cómo le hubiera ido en los ochenta. En esa década, Paul alcanzó varias veces el primer puesto en las listas de éxitos y terminó convirtiéndose en un ícono viviente.

Musicalmente, Paul ha compuesto gemas como “Yesterday”; “Hey Jude”; o “Live and Let Die” entre una lista interminable  de temas de gran nivel. Lennon dejó marcada su huella en la vida humana gracias a composiciones como “In My Life”; “Strawberry Fields Forever”; y por supuesto “Imagine”.

Sin embargo, para escuchar al Lennon de mayor nivel durante su etapa como solista, hay que echar mano del magnífico “John Lennon/Plastic Ono Band” (de 1970). Una potente obra maestra.

Y para admirar al mejor McCartney –quizá- de todos los tiempos, sólo hay que escuchar el álbum “London Town” (de 1978) y ahí se le podrá encontrar.

Personalidades distintas. Opuestas, de hecho. Complementarias, como ya se dijo. Casi todos tenemos un favorito. El mío cambia por épocas. ¿Cuál de los dos, dirías que es el tuyo?

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