Un descarado agente del FBI se presentó el 10 de diciembre de 1971 en el Chrysler Arena de Detroit, donde John Lennon era el cabeza de cartel del poco publicitado concierto 'Free John Sinclair', un festival para pedir la liberación de
este terrorista del IRA que estaba encarcelado en la prisión de Attica, justo donde ahora 'reside' Mark Chapman, el asesino del propio John.
Eran tiempos desbocados e incomprensibles para Lennon, que llegó incluso a entregarle e 750.000 dólares a la propia organización terrorista de Sinclair.
El agente federal de aquel día en Detroit parecía de película. Vestía gabardina y un bigote falso. Trataba de disimular, pero era obvio que era un policía apuntando cada palabra y cada nota que cantó John Lennon en el concierto. Eso ha quedado reflejado en los archivos del FBI, que ahora están desclasificados. Según la agencia, al primer día de llegar al aeropuerto de John. F. Kennedy, Lennon ya se habían reunido con Jerry Rubbin y Abbie Hoffman, líderes radicales del en aquellos tiempos famoso Youth International Party, una versión vanguardista de los grupos de presión anti sistema de hoy día. John estaba empujado, naturalmente, por el dislate político de Yoko. Se creía el mejor agente provocador de la gente joven.
A los pocos días, inducido por Yoko, Lennon contactó con las Panteras Negras. Una semana más tarde, se reunió con el grupo que promovía los derechos de los Indios Nativos. Para rematar su apretada y saturada agenda política, pocos días después, se presentaba como un líder más en Central Park , en una de las grandes manifestaciones en contra de la guerra de Vietnam. Encima, se atrevió a fotografiarse con el mayor enemigo de la guerra,el más odiado por la Administración norteamericana, el activista John Kerry. John Lennon sólo llevaba dos semanas en los Estados Unidos y quería vivír en Nueva York, porque la ciudad tenía puerto hacia el mar, como Liverpool. Pero nadie el Gobierno estadounidense se dignó a darle una visa de tres meses. Lennon era un 'sin papeles' en la meca del capitalismo.
La locura política
John Lennon ni se dio cuenta de toda su agitación política. Creía que
Estados Unidos era el país de la leche y la miel, el paladín de los
derechos civiles. Por eso, no entendió lo qe ocurría cuando en, marzo de
1972, los Estados Unidos revocaron su visa de entrada al país y
trataron de repatriarlo de manera inmediata. La excusa oficial
era que John Lennon se había declarado culpable de poseer marihuana en
su país natal, en el Reino Unido ,en 1968. La orden principal
la había dado el senador republicano Storm Thumond, pero detrás de la
firma estaba el poderoso Edgar Hoover. Hoover, el eterno jefe del FBI, tenía evidencias de que los activistas anti sistema, Abbey y Hoffman se habían puesto en contacto con John Lennon para boicotear la Convención Republicana de 1972.
Era probable que tuvieran esa idea en la cabeza, pero no tenemos pruebas de ello.
Richard Nixon ya estaba advertido de las tropelías de John Lennon. Aunque parezca increíble, el ídolo eterno de John, Elvis Presley, se había 'chivado' de las acciones anti-americanas en las mismas narices de Richard Nixon. En noviembre de 1972, Nixon se impuso a McGovern, formó Gobierno y John entró en una especie de depresión. ¿Por qué?.
Primero, porque el descalabro demócrata lo vivió en primera persona: John vivía una aventura apasionada con Susan, una chica que trabajaba en el equipo de McGovern. Desanimado y enfangado en lo que consideraba una persecución administrativa, comenzó su su largo y estúpido 'lost weekend'. A la vuelta, Yoko lo echó de casa, de los mismísimos Dakota,donde Ono ya había comprado hasta tres apartamentos.
Por aquellos días, el galés Tom Jones y su 'enemigo' Elvis Presley vivían su años felices en Las Vegas. Elvis quería mucho al "tigre de galés" por su emotivo apoyo, cuando Priscilla se había fugado y acostado con su instructor de kárate, un tipo llamado Mike Stone, que había entrado en la casa de los Presley por recomendación de Tom Jones. Un macho más macho que Jones.
El despojo de Elvis
Pero hay que contar con que Elvis, a finales de 1972, era un despojo
de las drogas y que no se acostaba con Priscilla desde hacía meses. El
secretario de Elvis, el ejecutivo de la mafia de Memphis Diamond Joe,
recibió como un héroe a Tom Jones, en el hotel Hilton de Las Vegas, en
la mismísima suite Imperial, con una botella de Dom Perignon, el
favorito de Tom. Elvis se agarró al cantante galés y empezó a llorar. Le
dijo que llamaba a Lisa cada noche pero que ella lo detestaba y que el divorcio era irremediable.
La surrealista imagen se completaba con la presencia de la semi-actriz
Linda Thompson, que era la última amante de Elvis. Presley no estaba muy
lejos de su nuevo 'juguete', un rifle M16.La conversación desvarió hacia John Lennon, hacia los escándalos políticos del ex beatle. Tom Jones ha confesado que Elvis le contó con rabia y odio como se había arrepentido de haberle abierto las puertas de su casa de Beverly Hills, un día de agosto de 1965. Elvis le dijo a Tom que John era un "hijo de puta", un anti-americano y que se lo había comunicado a Hoover para que lo expulsara de los Estados Unidos. Hoover le dio su palabra.
Tom Jones le contó a Elvis para calmarle que él mismo había tenido que soportar las insolencias de Lennon, un "tipo desagradable", según el Tigre de Gales. Tom le dijo a Elvis cómo él y John habían llegado incluso a las manos en un estudio de televisión en Inglaterra, durante el programa 'Thank you, lucky stars'. Incluso se citaron para pegarse fuera de los estudios. Ese lenguaje le gustó a Elvis. "Yo también le hubiera pegado a ese cabrón", respondió Elvis.
Es curiosa toda la historia. Una historia que ha salido a la luz a través de las confesiones de Linda, aquella amante temporal de Elvis.
Siempre quedará en nuestro recuerdo 'Run for your life', la canción que John escribió sobre Elvis, en el álbum 'Rubber soul' de los Beatles. John decía en su letra "Prefiero verte muerta, pequeña, antes que con otro hombre" . Justo lo que cantaba Elvis en 'Baby, let's play house', la misma canción que le vino a la cabeza aquella noche con Tom Jones, con su rifle M16 cerca, tras conocer la conducta de Priscilla. John Lennon siempre se arrepintió de aquella canción y dijo que era la peor de los Beatles. Una extraña historia, cuando, para John Lennon , Elvis era su dios particular, hasta llegar a decir que "Antes de Elvis no había nada en la música".
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