jueves, 16 de febrero de 2012

Paul McCartney, cuestión de gustos.

Fuente: lavoz.com.ar Por Federico Ossola
  
En "Kisses on the bottom", el ex Beatle glorifica las músicas que lo marcaron como niño.


Paul Mc Cartney no deja de sorprender. Luego de una extensa gira, y de sacar el año pasado un nuevo disco de música clásica (Paul Mc Cartney's Ocean's Kingdom), hace pocos días presentó Kisses on the bottom. Se trata de covers de clásicos de la era de oro de los Estados Unidos, que él escuchaba de niño (era la música de sus padres), con dos temas escritos por Paul para la ocasión: My Valentine (con Eric Clapton en la guitarra, y dedicada a su esposa Nancy) y Only our hearts (con Stevie Wonder en la armónica).

Si bien algunos han criticado el concepto, similar al American songbook de Rod Stewart, lo cierto es que la selección hecha por Paul es exquisita, y la interpretación soberbia (Paul sólo canta, acompañado por la orquesta de Diana Krall y la producción del excelente Tommy Lipuma).

Se destacan I'm gonna sit right down and write myself a letter, Bye bye blackbird y los temas de Paul, quien logra mimetizarse de una forma tal con el espíritu del disco que sus canciones parecen compuestas hace 70 años.

En los Grammy, el domingo pasado, presentó My Valentine (Joe Walsh tocó la guitarra), y luego rockeó junto con Bruce Springsteen y Dave Grohl.
Paul, realmente, hoy hace lo que quiere, y sigue en la cresta de la ola.

Seguramente John Lennon hubiera lanzado una carcajada y lo hubiera calificado de granny music (música de abuelita), como lo hizo en una amarga discusión en el '69, criticando a Ob la di ob la da y Maxwell's silver hammer, justo antes que los Beatles se separaran. Pero ésta es granny music de primera. Y hacerse del disco es, pues, cuestión de gustos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario