viernes, 2 de marzo de 2012

The Beatles, medio siglo de historia.

Fuente: laverdad.es/albacete JUAN ÁNGEL FERNÁNDEZ


La Universidad Popular de Albacete propone un curso de diez días sobre el imperecedero grupo de Liverpool. THE BEATLES. 50 AÑOS

Organiza. Universidad Popular, dentro de sus cursos breves. Matrícula abierta.
Centro. Casa de la Cultura José Saramago.
Horario. Lunes a jueves de 18 a 19:30 horas.
Duración. Diez días, desde 05/03/2012 hasta el 20/03/2012.
Plazas. 30 como máximo.
Tasas. 10 euros para el curso completo.

1961. Por aquel entonces yo aún andaba con Blue Diamonds,Teen Tops, alguna joya hallada casualmente de Elvis en guateques de mayores o unos discos de madison que encontré en la habitación de mi hermana con aquellos mestizos de Lavapiés llamados Mimo y Los Jumps. No tenía ni idea de lo que se gestaba en esos históricos instantes en los clubs de Liverpool, Londres y mucho menos en los de Hamburgo (allí, dicen las crónicas de entonces, que solo había clubs de streep-tease).

En junio de ese año, mientras yo bailaba el twist, cuatro jóvenes músicos británicos que habían cruzado el charquito del Canal en busca de aventuras más atrevidas que las ya para ellos rutinarias funciones en The Cavern, el mítico club de Liverpool, se enfrascaron en la estimulante y excitante emoción de encontrarse con el director musical hamburgués Bert Kaempfert al que los chicos conocían por ser el autor de una canción que uno de ellos, John Lennon, conocía de Elvis Presley, Wooden Heart. Se la había visto interpretar al Rey en la película GI Blues ése mismo año en un cine de San Pauli, el barrio que les acogió en la ciudad alemana. Bert Kaempfert era ya una leyenda en Hamburgo y Alemania y unos años después lo sería también en el mundo al grabar con su orquesta una canción para Frank Sinatra que supuso su reconocimiento universal: Strangers in the Night. 

La ocasión, junio de 1961, significaba algo sustancial para The Beatles, algo que andaban buscando desde que aterrizaran en su primer intento de invasión a Europa un año antes. Kaempfert, por su parte, andaba interesado en ver a esos nuevos grupos que anunciaban las revistas juveniles y que solían descargar artillería rockanrolera en los garitos de la noche hamburguesa.

Descubrimiento

En uno de ellos, el Top Ten Club, descubrió a Tony Sheridan y Los Beatles y quedó impactado por la repercusión que tendría aquella jerga gamberrota entre la juventud alemana, ansiosa de nuevos registros y emociones. No falló. Bert Kaempfert grabó cuatro canciones que fueron un tiro. Al final, de las ocho canciones que en principio integrarían el álbum, habían incluido dos temas de aquel grupo de acompañamiento, donde Sheridan no aparecía por ningún lado. Polydor, el sello discográfico, firmó otros tres años a Sheridan para seguir grabando con él, sin saber que el grupo que le acompañaba ni le pertenecía ni en realidad tenían nada que ver con el cantante. Sólo eran los músicos que Sheridan utilizaba en sus bolos. Así que Kaempfert y Polydor se tragaron a Sheridan tres años ..., ¡eso es un trago!. Un año después de la edición de exitosos singles, Polydor echó mano de archivo para completar aquella bomba de relojería con cuatro canciones más que Tony Sheridan tenía grabadas con un grupo llamado The Beat Brothers. Excuso decir quienes eran los hermanitos. 

Si la historia oficial del grupo británico comienza un poco después, en 1962, es porque el 1 de enero de ese año grabaron su primera canción como cuarteto consolidado, Three cool cats, un standard de los grandes compositores del rock and roll, frenético ritmo de moda de aquellos años, Leiber & Stoller.

Grabaciones

Las grabaciones, varias, que hicieron esa jornada saldrían a la venta muchos años después porque a los directores y ejecutivos de la casa discográfica Decca la musa de la oportunidad les había dejado esos días plantados y con las tuercas cambiadas. Prefirieron a otros chicos, también de Liverpool, llamados The Searchers. Las sesiones saldrían a la venta en 1985, ya con todo el pescado vendido. 1962, fue además el año de su apoteósico triunfo del regreso a casa, al club The Cavern, donde les seguían echando de menos, una vez que el trabajo en Hamburgo estaba hecho, y bien hecho.

En realidad, la discografía oficial de Los Beatles comienza el 22 de marzo de 1963, con la edición de su primer álbum bajo el sello Parlophone de EMI, el llamado Please, please me.

El curso 'The Beatles. 50 años' que propone ahora la Universidad Popular de Albacete pretende repasar uno a uno cada álbum de Los Beatles, que es como repasar su propia evolución, la influencia ejercida en gran parte de la música que se realizó en la prodigiosa década de los sesenta, donde afloraron todos los sonidos que han marcado las grandes pautas del rock y del pop. 

Llama la atención la versatilidad de los cuatro músicos para interpretar ese puñado de grandes canciones, propias, durante ocho años consecutivos, a diferencia de lo que ha ocurrido después con la mayoría de los grandes nombres del pop-rock, de la música contemporánea, cuya creatividad ha resultado ser más intermitente.

Creadores natos

En Los Beatles hay pocas canciones discretas, alguna boutade consentida y poco más, el resto es francamente bueno, muy bueno. Parece que todo en ellos estaba absolutamente controlado por el binomio George Martin (el productor)-Brian Epstein (el manager), pero, como se contará en las diez sesiones programadas, no fue totalmente así. Las primeras sesiones que no convencían a George Martin, las asfixiantes y agotadoras giras, la incomunicación, aquellos escenarios impresentables de la época, el sonido de los directos, su aburrimiento final no supuso ninguna cortapisa para componer inagotablemente, aprovechando el mínimo detalle anecdótico (Penny Lane, Eleanor Rigby, Mr. Kite), creando un estilo que rebasó con creces la propia intuición de su maestro de estudios George Martin.

Decir hoy The Beatles es hablar de una época. Y aunque suene a veces como tópico y arcaico la historia está ahí. No olvidamos que a estos chicos británicos, los españoles les conocimos como una banda de gamberros según las crónicas del régimen, sólo salían en la prensa franquista para burlarse de ellos y se hizo lo imposible para que fracasaran sus dos conciertos en España.

A muchos de nosotros, los que lo vivimos, aquello nos pareció excitante y único y terminó por crearnos una conciencia adolescente que nada tenía que ver con la que proponía enérgicamente la Formación del Espíritu Nacional que impartían los profesores en el Instituto.

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