Fuente: elpais.com.uy
Con su show en Uruguay, Paul McCartney dejó algo más que emociones y un
histórico espectáculo. En números dejó US$ 5.750.000 ($ 115.000.000); el
artista se llevó US$ 3 millones, y la DGI, entre otros, recaudó un
millón de dólares, según la IMM.
Con las 54.000 localidades vendidas, según la
información oficial que
Abitab reportó a la Intendencia de Montevideo, se recaudaron US$ 5,7
millones. De ese monto, el artista y su producción se quedó con US$ 3
millones, según informó a El País la IMM. El resto fue repartido según
los diversos impuestos.
Por ejemplo la DGI, entre el 22% del IVA y el 12% de IRPF a no
residentes, facturó un total de US$ 1.020.000, sobre el valor del
concierto, es decir sobre los US$ 3 millones con los que se quedó el
artista. En tanto, la IMM facturó US$ 522.600 por impuesto al
troquelado, que equivale a un 9,09 % de la recaudación.
Otros US$ 750.000 se repartieron entre Agadu, que obtuvo un 10% de lo
recaudado por venta de entradas (US$ 575.000) y el Fondo Nacional de
Música, que se quedó con un 3% (US$ 172.000). Si bien para shows de
artistas extranjeros el Fonam cobra un 5%, cuando hay un telonero el
porcentaje desciende a 3%. Por derechos de autor el telonero, en este
caso Martín Buscaglia, se llevó un porcentaje por las tres canciones que
interpretó, que ronda los US$ 5.000, además de la cesión de sus
derechos de autor en dicha presentación.
En resumen, según los datos que proporcionó la IMM a El País, el monto
total por concepto de impuestos locales alcanzó los US$ 2.289.600. Si a
eso se suma lo que cobró el artista y su producción (US$ 3 millones) el
total de gastos sube a US$ 5.289.600. Sin embargo, además de los
ingresos por recaudación en venta de entradas (que fue de US$ 5,7
millones) hubo ingresos extras de empresas que se vincularon al show.
Uno de los tantos ejemplos es Antel, que destinó US$ 200.000 por
esponsoreo y otros US$ 100.000 por la transmisión de la última hora del
show por fibra óptica a Maldonado y Rivera.
También se suma lo recaudado por las 180 entradas vendidas para la
prueba de sonido previo al show, que tenían un costo de entre US$ 1.000 y
US$ 1.500, lo que equivale a más de US$ 200.000 por ese concepto. Según
explicaron desde la Intendencia dicha instancia no se considera un
espectáculo, por lo tanto no se exigió una tributación.
RECLAMO NACIONAL. Los que todavía no se pusieron de acuerdo son el Club
Nacional y la producción local del show. Mientras Nacional afirma que se
llegó a un acuerdo donde el club aceptaba una compensación económica a
cambio de no utilizar el Centenario por el partido de copa Libertadores
(previo al show), el productor local, Alfonso Carbone, asegura que tal
compensación "no existe".
Consultado por El País Carbone enfatizó: "La realidad es que acordamos
una compensación por el no uso del Estadio para el último partido de la
Libertadores, ya que ellos daban por descontado que definían en ese
partido. El propio significado de la palabra compensación es claro, y
aquí no hay nada que compensar", afirmó el productor a El País, en
referencia a la eliminación anticipada del club a octavos de final.
Nacional asegura que el compromiso fue asumido antes de saber los
resultados.
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